Tabla de contenido
¿Cómo se escriben los pensamientos de los personajes?
Los pensamientos de los personajes, como ese que comentas, se escriben así, entre comillas y con el inciso narrativo tras una coma. Con respecto a la cursiva, es mejor dejarla solo para los casos necesarios y no para los pensamientos, algo que es habitual en inglés.
¿Cómo representar los pensamientos de un personaje en una historia?
En ocasiones, representar los pensamientos de un personaje en una historia es motivo de duda. No tienes claro si se deben usar las comillas o la cursiva, si se tiene que indicar en todas las circunstancias, qué ocurre con las conversaciones mentales y otras tantas incógnitas.
¿Cómo mostrar cómo son los personajes?
Pues bien, utilizar las acciones de los personajes para mostrar cómo son los personajes es la técnica más efectiva con que el escritor cuenta para darlos a conocer al lector y para ir delineando lo que se conoce como el arco dramático del personaje, es decir, el modo en que va cambiando según la historia avanza.
¿Cuáles son los ejemplos de pensamientos?
Los pensamientos pueden ir directamente incluidos en la narración, e intercalados con acciones y con diálogo (en azul, y pensamientos en negrita). Un último ejemplo: Ross iba haciéndonos una pregunta tras otra. La cosa no iba bien para mi equipo. Nada bien.
https://www.youtube.com/watch?v=h8G9UiWdC0k
¿Qué son los pensamientos extensos?
PENSAMIENTOS EXTENSOS En caso de que los pensamientos de un mismo personaje se alarguen durante varios párrafos, deberán seguir las mismas normas que en el diálogo en las intervenciones extensas. A l comienzo de cada párrafo se introducirán comillas de cierre, hasta que el pensamiento se dé por finalizado.
¿Cómo pueden insertarse los pensamientos en la narración?
Los pensamientos, en primera persona, pueden insertarse directamente en la narración. Tal cual. Sin comillas, sin verbos de presentación. Y la narración va a resultar más fresca, y, sobre todo, más natural. (…) y mientras mi hermano Ross iba haciéndonos una pregunta tras otra me iba poniendo cada vez más nerviosa: la cosa no va bien para mi equipo.