Tabla de contenido
¿Qué dice Dios de amarnos?
Cuánta razón tiene este amigo lector, la Biblia en Marcos 12:30-31 dice: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
¿Donde dice que Dios es amor?
1 Juan 4:7–8 Todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor.
¿Cómo aprender a quererse a uno mismo?
7 claves para aprender a quererte a ti mismo
- Cuida tu cuerpo.
- Mantente siempre participando en proyectos importantes para ti.
- Aprende a reconocer los pensamientos de autosabotaje.
- Despréndete de las amistades tóxicas.
- Deja de alimentar las relaciones basadas en la dependencia.
- Deja de lado los celos.
¿Cuál es la forma correcta de amar a Dios?
Para amar a Dios, tenemos que amarlo de la forma que Él quiere ser amado, no como nosotros queramos amarlo. La forma correcta de amar a Dios es con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente – ¡incluyendo todo lo que eso implica! – ¿Qué es Amor? – ¿Qué significa ser humilde? – ¿Qué es fe? ¡Comparte Verdad y Fe! Cargando…
¿Cómo amar a Dios con todo nuestro ser?
Amar a Dios con todo nuestro ser es un ejercicio. No siempre nos despertamos por la mañana con el corazón inclinado hacia el Señor. Pero podemos comenzar el día volviendo nuestros corazones a nuestro querido Señor Jesús. Podemos decir: “Señor Jesús, vuelvo mi corazón a Ti esta mañana.
¿Cómo amar a Dios con nuestro corazón?
Esto significa que para amar a Dios con nuestro corazón necesitamos fundamentar nuestros deseos en Su Palabra, rendir nuestra voluntad a la voluntad de Dios y guiar nuestros sentimientos a través de Su verdad. Y ésto no es fácil. Hacer la voluntad de Dios por encima de lo que nosotros nos gusta no siempre trae felicidad – pero siempre traerá gozo.
¿Cómo amamos a Dios?
Al estar tan integrados nuestro corazón, alma y mente, es certero decir que: o amamos a Dios con TODO lo que somos – o no amamos a Dios. Para amar a Dios, tenemos que amarlo de la forma que Él quiere ser amado, no como nosotros queramos amarlo.