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¿Cómo me veo en el espejo?
El espejo refleja nuestro rostro con los rasgos invertidos, en una simetría opuesta a aquella por la que nos reconoce todo el mundo y que es la que queda reflejada en las fotografías. Todas las fotos nos muestran nuestra cara al revés de como estamos acostumbrados a verla cada día.
¿Por qué los espejos invierten la imagen?
El espejo no invierte la imagen ni en el eje horizontal (x) ni en el vertical (y), (ni arriba y abajo o derecha e izquierda). Lo invierte en el eje (z) y eso es lo que nos confunde. Para no darnos la vuelta tendríamos que poder girarnos en el eje z lo cual, hasta el momento, es básicamente imposible.
¿Cómo sonreír bien en las fotos?
Para lograr una sonrisa lo más natural posible, debemos poner la lengua en el paladar y sonreír sin mostrar los dientes, así se estiran los músculos de la cara y el cuello y se gana en naturalidad. Eso sí, la autenticidad de la sonrisa la dan los ojos.
¿Por qué nos miramos en el espejo cuando estamos en casa?
Muchas veces nos miramos en el espejo cuando estamos en casa. Allí siempre nos sentimos libres y relajados al máximo. Pero las fotos, por lo general, nos capturan en «un territorio ajeno» donde nos sentimos más tensos y menos preparados.
¿Por qué es importante vernos en el espejo o en las fotos?
Vernos en el espejo o en las fotos, es solo una excusa maravillosa para estar activos. Es decir, comprobar que estamos vivos, que nos atrae el aroma del café recién hecho, del chocolate , o de aquella salsa «pomarola» que acompaña las pastas del domingo.
¿Por qué la percepción es diferente a la que recibimos cuando nos miramos al espejo?
Eso hace que la percepción sea distinta a la que recibimos cuando nos miramos al espejo. El ángulo desde el que está tomada la foto también suele ser diferente al ángulo con el que nos contemplamos habitualmente en el espejo. Solemos mirarnos al espejo desde un ángulo cercano y a la de nuestros ojos.
¿Por qué el espejo nos devuelve un negativo de nosotros mismos?
Hay que considerar también que el espejo nos devuelve un negativo de nosotros mismos; es decir, son nuestros rasgos, sí, pero la simetría con que los vemos es la opuesta a aquella con la que nos ve todo el mundo. Sin embargo es con la primera con la que conformamos la imagen que tenemos de nosotros mismos.