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¿Cómo conducen los sordos?
Según el reglamento general de circulación los sordos puede conducir. Dependiendo el nivel de la sordera se podrá obtener el permiso de circulación ordinario o se deberá optar a un permiso de conducir extraordinario el cual implica que el vehículo deberá estar adaptado.
¿Cómo comunicarse con un paciente sordo?
Mirar a los ojos y facilitarle la presencia de un intérprete a los pacientes sordos en las consultas es clave para procurar el entendimiento
- Mirar fijamente al paciente para saber qué tiene por decir.
- Apoyarse en el uso de imágenes u objetos para comunicarse.
- Hablar de forma clara y pausada.
¿Cuándo es mejor hacer frente a la sordera?
¿Cuándo es mejor hacer frente a la sordera? Cuanto antes se afronte mejor. Con el tiempo, la estimulación reducida en los oídos y el cerebro puede afectar la capacidad del cerebro para procesar el sonido y reconocer el habla. Cuanto más se deteriora el reconocimiento del habla, más difícil es recuperarlo.
¿Cómo afecta la sordera al desarrollo del habla?
Es importante entender que el desarrollo del habla no se ve afectado por la sordera. Una persona sorda puede comunicarse mediante Lengua de Signos, además las personas con sordera prelocutiva, pueden conseguir desarrollar el habla con ayuda logopédica. Las cuerdas vocales no sufren ninguna afectación y pueden conseguir hablar con esfuerzo y
¿Cómo comunicarse con una persona sorda?
Una persona sorda puede comunicarse mediante Lengua de Signos, además las personas con sordera prelocutiva, pueden conseguir desarrollar el habla con ayuda logopédica.
¿Qué es una persona sorda?
Una persona sorda, está perfectamente sana, el problema surge cuando no hay un intérprete o subtítulos accesibles para una pantalla. “Normal”: el uso de este concepto también se considera otra forma de exclusión, puesto que normales somos todos.
¿Por qué es importante usar la lengua sorda?
Además, es importante usar este término, ya que la comunidad sorda ha tardado mucho tiempo en lograr el reconocimiento legal de su lengua y la equiparación con cualquier otra lengua oral gracias a la ley 27/2007, como ocurre en el caso de la Lengua de Signos Española (LSE) y Lengua de Signos Catalana (LSC).