¿Cuál es el origen de la virtud?
El término virtud deriva del vocablo latino vir, varón, el cual a su vez viene de vis, fuerza. De manera que la virtud, en un sentido etimológico, sería la fuerza propia del hombre. Y desde este significado físico el término fue adquiriendo una significación analógica más espiritual y finalmente moral.
¿Qué significa la palabra virtud en el diccionario bíblico?
La virtud es: Una disposición permanente que inclina, de un modo fuerte y firme, a una potencia para actuar conforme a la recta razón. Por eso constituye una cierta perfección o complemento de la potencia. “El nombre de virtud denota una cierta perfección de la potencia.
¿Qué clase de palabra es virtud?
Virtud es un sustantivo. El nombre o sustantivo es aquel tipo de palabras cuyo significado determina la realidad. Los sustantivos nombran todas las cosas: personas, objetos, sensaciones, sentimientos, etc.
¿Cuál es el significado de la virtud?
Estas virtudes finalmente fueron incorporadas a distintas religiones. El término virtud deriva del vocablo latino vir, varón, el cual a su vez viene de vis, fuerza. De esta manera la virtud, en un sentido originario, sería la fuerza propia del hombre.
¿Cómo se puede verificar la virtud?
La virtud, como tal, se puede verificar en las personas con integridad moral, dispuestas a conducirse de acuerdo a lo que es justo, a lo que, entendido en un sentido moral, es correcto. Por ello, la virtud también es reconocible en las acciones virtuosas y en la manera recta de proceder.
¿Cuál es la importancia de la virtud?
Una virtud es una disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien , la verdad, la justicia y la belleza. La virtud se opone al vicio, y tiene una gran importancia para la vida ética. La virtud es la madre de la ciencia.
¿Qué es la virtud en la filosofía?
Como tal, la virtud es una cualidad positiva, que alude a la perfección en la conducta o en la manera de proceder, y, en este sentido, se opone al vicio o al defecto. En su filosofía, Aristóteles consideraba que la virtud se encontraba en la moderación, es decir, en el equilibrio entre los extremos del defecto y el exceso.