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¿Quién decide qué narrador nos va a contar la historia?
Por tanto, es el autor el que decide qué narrador nos va a contar la historia y de qué manera va a hacerlo. Existen muchos tipos de narradores y muchas clasificaciones. Sin embargo, una de las clasificaciones más usadas es en función de la persona verbal utilizada para contarnos la historia: primera (yo), segunda (tú), tercera (él).
¿Cómo habla un narrador en segunda persona?
Este narrador habla en segunda persona, como si se dirigiera al lector o como si hablara consigo mismo (desdoblando su persona y hablándole a esa otra parte). Suele usarse solamente en determinados fragmentos, y no a lo largo de toda una novela, y además suele usarse con el verbo en presente.
¿Qué le espera a el narrador?
No espera que le crean, ya que a él mismo le cuesta creer lo que pasó, pero mantiene la esperanza de que tal vez alguien pueda encontrarle una explicación lógica y natural a los acontecimientos. De joven, el narrador es tan amable y cariñoso que todos se burlan de él. En cambio, encuentra cariño y fidelidad en sus mascotas.
¿Qué es un narrador en tercera persona?
Narrador en tercera persona Finalmente, en el narrador en tercera persona, quien nos explica la historia se caracteriza por no participar nada, o participar lo menos posible, en el transcurso de la historia. Puede ser dividido en dos categorías. 3.1.
¿Cómo se narran los hechos desde su punto de vista?
Nos cuenta los hechos desde su punto de vista, presentándolos en forma subjetiva, contando solamente lo que él ve, piensa y siente. Por tanto, el lector puede acceder a sus pensamientos o sentimientos, pero únicamente a ellos, no pudiendo acceder a los del resto de personajes. Dejé a Inés con la palabra en la boca.
¿Qué es un narrador en flujo de pensamientos?
Narrador en flujo de pensamientos Este es un tipo de narrador muy poco utilizado, ya que intenta describir de manera literal los pensamientos de alguien, tal cual emergen a la consciencia. Por consiguiente, todio se explica en tiempo real, siendo el presente el momento de referencia.
¿Qué pasaría si la gente se niega a votar?
Si la gente se niega a votar porque ha optado por rechazar la coacción política y legislativa, independientemente de cualquier justificación que ésta pueda esgrimir, estaríamos en la arcadia feliz de los liberales.