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¿Qué es la resistencia al estrés?
Resistencia o «dureza» personal ante el estrés. Capacidad para resistir el estrés sin que se produzcan desadaptaciones ni trastornos.
¿Como una persona se adapta a situaciones estresantes?
Una actitud positiva te ayuda a no ser arrastrado hacia sentimientos de infelicidad. Tener una actitud positiva es algo más que sentirse mejor (o ser más agradable con los demás). Una actitud positiva en realidad aumenta la posibilidad de resolución del problema que una situación estresante envuelve.
¿Qué trastornos puede producir un estado de estrés continuo?
En definitiva, el estrés crónico produce un desgaste físico y emocional que puede llevar a sufrir enfermedades graves, tales como accidentes cardiovasculares, ictus, depresión e incluso cáncer, como evidencian recientes estudios realizados en Estados Unidos.
¿Qué es el estrés y para qué sirve?
La respuesta de estrés ha sido seleccionada evolutivamente para hacer frente a amenazas ambientales que ponen en peligro nuestra supervivencia. Para nuestros antepasados, el estrés suponía una clara ventaja, dado que era necesario para conseguir alimentos, reproducirse, encontrar un sitio para cobijarse… Pero las cosas han cambiado.
¿Cómo afecta el estrés a nuestra salud?
Cuando el estrés nos hace sentir que la situación escapa a nuestro control, se produce un aumento de una de las hormonas del estrés, el cortisol. Como en todo en la vida, hormonalmente necesitamos un equilibrio.
¿Cuáles son las fuentes de estrés?
En nuestra sociedad la mayoría de esas necesidades están cubiertas, y ahora las fuentes de estrés son sobre todo de tipo social. Vivimos en un mundo con altas demandas laborales y familiares y con un ritmo de vida acelerado, lo que supone un desafío constante. Este estilo de vida «frenético» favorece la aparición de estrés.
¿Cómo afecta el estrés a nuestro cerebro?
El estrés es capaz de provocar reacciones en nuestro organismo similares a las producidas por una infección, y eso incluye también a nuestro cerebro. Aunque el estrés puede producir problemas cardíacos, digestivos, inmunológicos…, sin duda nuestro cerebro suele ser el peor parado.