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¿Qué pasa si te cambias el piercing del ombligo antes de tiempo?
Esos son los plazos manejados para la curación total y la formación de la cicatriz de piercing del ombligo definitiva. Realizar el cambio antes eleva el riesgo de infección e, incluso, puede hacer que el orificio se cierre y resulte imposible colocar la pieza.
¿Cuánto tiempo hay que esperar para cambiar un piercing?
La recomendación es esperar entre tres y cuatro meses para cambiar de joya, pero siempre debe ser el ‘piercer’ quien decida cuál es el momento en función de cómo está cicatrizando la perforación, así como si el material y forma de la joya pueden no ser recomendables incluso hasta pasado un año.
¿Cómo se ve un piercing en el ombligo infectado?
Si se infecta el piercing, la piel de alrededor está roja, inflamada y caliente al tacto (más que el resto de la piel). Suele doler al tocar la zona y a veces sale un líquido amarillento–verdoso, espeso y que huele mal.
¿Cómo saber si tengo un piercing en el ombligo?
Todos los piercings en el ombligo se ven rojos, hinchados y delicados enseguida de realizarlos. Si la irritación continúa por más de una semana, o hay pus o pérdidas olorosas, puedes tener una infección. Los piercings infectados son una señal temprana de rechazo.
¿Cuánto tiempo tarda en curarse un piercing en el ombligo?
Un piercing en el ombligo necesita un mínimo de cuatro meses para curarse En algunos casos, puede tomar hasta un año. Según la Asociación de Perforadores Profesionales, necesitarás esperar un mínimo de cuatro meses después de la perforación antes de cambiar de piercing.
¿Es inusual que un piercing en el ombligo cambie de lugar?
No es inusual que un piercing en el ombligo cambie de lugar mientras se cura. Esto puede pasar por una alergia a un metal o porque la joya se trata de mover para que el movimiento natural de tu cuerpo no la moleste. Si notas que la joya se movió, asegúrate con el que realizó el piercing si es un movimiento natural o si debes cambiar la joya.
¿Cuáles son los mejores piercings para tu ombligo sano?
Además de los piercings tradicionales de metal, a tu ombligo sano también puede gustarle la joyería natural u orgánica. Estos piercings pueden estar hechos con cuernos, huesos, madera, ámbar o piedra y se parecen más a los materiales usados por culturas antiguas para perforar sus cuerpos.