¿Cómo afecta la televisión a la salud?
Ver la televisión en exceso (a partir de tres horas al día) multiplica por dos el riesgo de muerte prematura, independientemente del resto de hábitos que se tengan, según una nueva investigación en adultos sanos. Las actividades sedentarias, como ver la televisión, perjudican la salud.
¿Por qué la TV puede ser peligrosa?
¿Por qué la TV puede ser peligrosa? Los problemas empiezan cuando los padres no ponen atención: «Es común que la gente coloque a sus hijos frente al televisor para que estén tranquilos, y luego se sorprenden de que no estén preparados para la escuela o se comporten mal», explica Mary Bousted de la Asociación de Maestros y Profesores de Inglaterra.
¿Por qué es tan malo ver la televisión?
Además, a esto hay que sumar que nuestra conciencia no actúa de igual forma que cuando no estamos viendo la televisión. Por estos motivos ver la tele es un momento malísimo para ingerir alimentos a causa de que nuestro cuerpo está más pendiente de lo que vemos que de lo que comemos.
¿Cómo afecta la televisión a nuestra alimentación?
Para el sociólogo David Burley, de la Universidad del Sureste de Luisiana, la televisión afecta nuestra alimentación y nuestra dinámica familiar: ver televisión largas horas y en la comida se relacionaría con una peor dieta, y con una peor relación familiar. «Comer en familia es saludable, a menos que la televisión este presente», precisa.
¿Es bueno ver la televisión durante muchas horas al día?
Ver la televisión durante muchas horas al día no es bueno para la salud, hasta el punto de que muchos estudios comparan sus efectos con los del tabaco o la falta de ejercicio. El motivo es el sedentarismo, principal factor de riesgo en el desarrollo de la diabetes, la hipertensión y la obesidad.
¿Por qué es tan peligroso ver la televisión en exceso?
Ver la televisión en exceso (a partir de tres horas al día), multiplica por dos el riesgo de muerte prematura, según los resultados de una investigación en la que se ha seguido a más de trece mil adultos sanos –con una edad media de 37 años–, durante una media de 8,2 años, y que se ha publicado en Journal of the American Heart Association.