Tabla de contenido
¿Cómo decir que no de manera educada?
(sin pensarlo mucho):
- No, muchas gracias.
- Por el momento estoy bien así, quizás después.
- Lo siento pero, esta vez tengo que decir que no.
- No, estoy demasiado agotado(a) // ocupado(a)
- No puedo, pero gracias por preguntarme.
- Agradezco tu tiempo y la oportunidad, pero no.
¿Por qué no podemos decir que no?
Una de las causas más comunes para la dificultad en decir que no, es el miedo a la reacción de los demás. Puede ir desde las personas que tienen miedo a ofender o hacer daño a los demás con su negativa a las personas que temen la reacción de los demás al negarse. Por ejemplo, suelen tener miedo a un enfado de alguien.
¿Cómo enseñar a los niños a decir que no?
Decir NO a un niño de manera tranquila y firme y que sepa aceptarlo, también le ayudará a aprender a decirlo él. Es importante marcar límites claros, sin contradicciones. Por otro lado, que aprendan a esperar y a gestionar la frustración les enseñará a saber decirse «no» a sí mismos cuando haga falta.
¿Cómo aprender a decir que no?
Decir que sí (cuando en el fondo deseamos decir que no) disminuye la confianza en nosotros y, nos hace sentir sin control sobre nuestras decisiones, tiempo y energía. Por eso, aprender a decir que no de forma rotunda pero elegante o, de forma muy amigable pero clara, es una herramienta que necesitas tener en tu vida.
¿Por qué no puedo decir que no?
Seguramente recuerdas algún momento incómodo, en el que no pudiste decir que no, ya sea por miedo a ofender a alguien más, por vergüenza, por presión social o por compromiso. Decir que sí (cuando en el fondo deseamos decir que no) disminuye la confianza en nosotros y, nos hace sentir sin control sobre nuestras decisiones, tiempo y energía.
¿Por qué es importante educar a los demás?
Pues puede que uno haya sido educado para complacer y agradar a los demás, llegando a sentir miedo o culpa por negarse a hacer algo en una situación determinada.
¿Por qué no puedo decir “no” a un cliente?
Aceptar sin cuestionamiento cualquier solicitud de un cliente, no significa que estamos en capacidad de resolverla de la mejor manera. Por no poder decir “no” a un cliente, podemos terminar con más cosas encima de las que podemos manejar, con sus inevitables consecuencias.