¿Cuál es la evolución del idioma español?
La historia del idioma español se remonta usualmente al período prerromano puesto que es posible que las lenguas prerromanas de la península ibérica ejercieran influencia en el latín hispánico que conferiría a las lenguas romances peninsulares varias de sus características.
¿Cuál es el origen y evolución del español?
El español, como otras lenguas romances, es el resultado de siglos de evolución a partir del latín hablado (denominado latín vulgar) desde el siglo III aproximadamente. Las transformaciones dieron lugar, tras una lenta evolución, a las distintas lenguas romances que existen hoy en día.
¿Qué es el lenguaje diverso?
Se dice que los idiomas no son un vehículo neutro de expresión humana, sino que las formas en las que son nombradas las cosas retroalimentan cómo las concebimos.
¿Cómo evoluciona el lenguaje?
Como tal, “el lenguaje evoluciona para maximizar su expresividad bajo presiones para su comunicación, mientras minimiza su complejidad bajo la presión de ser aprehensible” (Ibíd., p. 37).
¿Cómo influye el conocimiento en la evolución del lenguaje?
Como tal, la evolución del lenguaje está influenciada por el conocimiento que poseen diversas culturas; esto implica que el significado de los conceptos lingüísticos se crea de esa “interacción compleja” entre la mente, la lengua y la cultura (Evans, 2015).
¿Cuáles son los aspectos sorprendentes del cambio y evolución de las lenguas?
Un aspecto sorprendente del cambio y evolución de las lenguas es la influencia de la moda, e incluso de idiosincrasias individuales. A pesar de que la historia es apócrifa, algunos dicen que la pronunciación de la z en el español de Castilla se debió a que los cortesanos imitaban el ceceo de un joven rey.
¿Cuál es el papel de los hablantes en los procesos de evolución de una lengua?
En definitiva, conviene señalar el papel fundamental de los hablantes en los procesos de evolución de una lengua, puesto que es el uso que hacen los propios hablantes de una lengua el que origina el cambio lingüístico. Fue la evolución —y no la decadencia o el progreso— la que originó el paso del latín vulgar a las lenguas romances.