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¿Cuál es lo contrario de monoteísmo?
Monoteísmo es un término acuñado en el siglo XVII no como antónimo de politeísmo, sino de ateísmo.
¿Que se significa la palabra monoteísta?
El monoteísmo es la creencia de la existencia de una deidad o ente supremo. Una definición más estrecha de monoteísmo es la creencia en la existencia de un solo dios que creó el mundo, es omnipotente, omnipresente y omnisciente.
¿Qué significa monoteístas en la Biblia?
El monoteísmo es la creencia de que existe un solo dios.
¿Qué significa monoteísmo y politeísmo?
Los monoteístas afirman que todo el poder proviene de un único dios y no de otras entidades o agentes. Los politeístas generalmente tienen la concepción de que existe un ser supremo o un dios que está por encima de todas las demás deidades de su panteón, pero no la consideran una deidad única.
¿Qué es el monoteísmo?
El monoteísmo es la creencia de que existe un solo dios. La palabra, como tal, se compone del prefijo mono-, que significa ‘único’; el vocablo griego θεός (theós), que traduce ‘dios’; y el sufijo -ismo, que indica ‘doctrina’.
¿Cuáles son las religiones monoteístas?
Las religiones monoteístas son, en orden claramente estimado de seguidores, el cristianismo, islam, sijismo, judaísmo, noajismo, bahaísmo y zoroastrismo. 34 En Occidente, el monoteísmo suele estar dominado por el concepto de Dios de las religiones abrahámicas y el concepto neoplatónico de Dios expresado por el Pseudo Dionisio Areopagita.
¿Cuál es la diferencia entre monoteísmo y judíos?
Los judíos solo admiten la existencia de un Dios, soberano absoluto de la Tierra, todopoderoso, creador del universo, que eligió, de entre todos los pueblos, al pueblo hebreo. El monoteísmo, como ya hemos dicho, solo concibe la existencia de un único Dios, todopoderoso, creador del universo.
¿Qué es el monoteísmo enseñado por Jesús?
Tal es el Monoteísmo enseñado por Jesús. La garantía de la verdad de Su enseñanza está apoyada en Su suprema excelencia moral, en la perfección de su enseñanza ética, en Sus milagros, especialmente en la resurrección de su cuerpo, y en Su maravillosa influencia sobre la humanidad por siempre. (Cf. John, xvii, 3; I Cor., viii, 4.).